Adivina Cuanto te Quiero

Adivina Cuanto te Quiero
(Sam McBratney)


Era casi la hora de dormir.

La liebre pequeña color avellana se agarraba fuertemente a las orejas de la gran liebre color avellana.

Quería estar segura de que la liebre grande la escuchaba.

“¿Adivina cuánto te quiero?”, le dijo.

La pequeña liebre abrió sus cortitos brazos de izquierda a derecha todo lo que pudo... "así de grande", dijo.

La liebre grande se quedó pensando un momento, extendió sus largos brazos de derecha a izquierda todo lo que pudo... "así de grande te quiero yo a ti", le dijo.

Rápidamente la pequeña liebre, estiró sus cortos brazos y todo su cuerpo hacia el cielo... "así de alto te quiero", exclamó.

La liebre grande estiró su gran cuerpo y sus grandes brazos, y dijo: "así de excelso te quiero yo a ti".

"Te quiero todo lo alto que pueda saltar", dijo la liebre pequeña, dando brincos arriba y abajo.

"Pues yo te quiero todo lo alto que pueda saltar", dijo la liebre grande, dando grandes brincos, que sus orejas rozaban las ramas de los árboles.

El día tocaba su fin, y la liebre pequeña estaba muy cansada, tan cansado que ya casi no podía mantener sus pequeños ojitos abiertos, entonces miró por encima de los arbustos, hacia la enorme oscuridad de la noche.

Nada podía estar más lejos que el cielo, y mirando con sus ojitos entreabiertos el firmamento, dijo: "hasta la luna, hasta la luna te quiero"; y se quedó dormida.

La liebre grande se le acerco, y dándole un beso de buenas noches, le dijo susurrándole al oído: "hasta la luna y volver, hasta la luna y volver, eso es lo que nos queremos".




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