La Marioneta
(Johnny Welch)
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta
de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que
pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo
que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que
cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, Despertaría mientras
los demás duermen. Escucharía mientras los demás hablan, y cómo disfrutaría de
un buen helado de chocolate.
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo,
me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino
mi alma. Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre hielo, y
esperaría a que saliera el sol.
Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un
poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que les ofrecería
a la luna.
Regaría con lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus
espinas, y el encarnado beso de sus pétalos… Dios mío, si yo tuviera un trozo
de vida…
No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que
quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre de que son mis
favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados están, al pensar
que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan
de enamorarse. A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese
a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la
vejez sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres.
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la
montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la
escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su
pequeño puño, por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por
siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro
hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he
podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque
cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
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