No Culpes a Nadie

No Culpes a Nadie
(Autor Desconocido)

(Este es un poema que se le ha atribuido erróneamente a Pablo Neruda, pero la verdad y lo que no sabe la gente, es que hasta ahora el autor original de esta obra es desconocido)

Este es el poema original, NO es el poema modificado que los fans de Pablo Neruda hicieron para atribuirsela a ese autor.


No culpes a nadie,

nunca te quejes de nada, ni de nadie,

porque fundamentalmente tú has hecho tu bien.

 

Acepta la responsabilidad de identificarte a ti mismo,

y el valor de acusarte en el fracaso

para volver a empezar, corrigiéndote.

El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.


Nuca te quejes del ambiente o de quienes te rodean,

hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer.

Las circunstancias son buenas o malas

según la voluntad y la fortaleza de tu corazón.

Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar.


Nunca te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte,

enfréntalos con valor,

y acepta que de una manera u otra

son el resultado de tus actos

y la prueba que tú siempre has de ganar.


No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otros,

acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño.

Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar

y que ninguno es tan terrible para claudicar.


Deja ya de engañarte,

eres la causa de ti mismo,

de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.

Si tú has sido el ignorante, el irresponsable,

tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido tú.


No olvides que la causa de tu presente es tu pasado,

así como la causa de tu futuro será tu presente.


Aprende de los audaces, de los fuertes,

imita a los enérgicos, a los vencedores,

de quienes no aceptan situaciones,

de quienes vencieron a pesar de todo.


Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo

y tus problemas sin alimento morirán.


Aprende a nacer desde el dolor

y a ser más grande que el más grande de los obstáculos.

Mírate en el espejo de ti mismo,

y sé sincero contigo mismo,

y serás libre y fuerte.

Deja de ser un títere de las circunstancias,

porque tú mismo eres tú destino.


Levántate y mira el sol por las mañanas

y respira la luz del amanecer.

Tú eres parte de la fuerza de tu vida,

ahora despiértate, lucha, camina, decídete y triunfa en la vida;

nunca pienses en la suerte,

porque la suerte es el pretexto de los fracasados.


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