Espergesia

 Espergesia
(Cesar Vallejo)


Yo nací un día

que Dios estuvo enfermo.


Todos saben que vivo,

que soy malo; y no saben

del diciembre de ese enero.

Pues yo nací un día

que Dios estuvo enfermo.


Hay un vacío

en mi aire metafísico

que nadie ha de palpar:

el claustro de un silencio

que habló a flor de fuego.


Yo nací un día

que Dios estuvo enfermo.


Hermano, escucha, escucha...

Bueno. Y que no me vaya

sin llevar diciembres,

sin dejar eneros.

Pues yo nací un día

que Dios estuvo enfermo.


Todos saben que vivo,

que mastico... y no saben

por qué en mi verso chirrían,

oscuro sinsabor de ferétro,

luyidos vientos

desenroscados de la Esfinge

preguntona del Desierto.


Todos saben... Y no saben

que la Luz es tísica,

y la Sombra gorda...

Y no saben que el misterio sintetiza...

que él es la joroba

musical y triste que a distancia denuncia

el paso meridiano de las lindes a las Lindes.


Yo nací un día

que Dios estuvo enfermo,

grave.


Del libro Los heraldos negros (1919)




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